sábado, 26 de julio de 2014

GUAYAQUIL DE MIS AMORES

Texto y fotos de Víctor Valencia
Una de las pocas veces que salgo a pedalear, para quedar bien con mi yo delgado que todavía vive en mi, me encontré con este paso de cebra en Madrid (las estrellas salieron de mi imaginación, está claro) y mientras pedaleaba los colores de esa bandera me remontaban a ese Guayaquil juliano que todos los años se celebra con más pasión, será por los tiempos que corren, reflexiono.
Mientras pedaleaba recordaba que mis hermanos, en la Atarazana, tenían un buen pretexto para tener una mañana de "peloteo" con los amigos de barrio, cervezas incluidas al final. Yo prefería comenzar la mañana con un "cevichazo".
Seguía pedaleando y se aparece una calle cuesta arriba y llega a mi mente el Guayaquil bullicioso, el "siga al fondo que atrás está vació" de los chóferes de buses, el "son originales" de los vendedores de la Bahía", el "está hecho con agua hervida" de los vendedores de jugo de coco, o él ¿le pelo el huevo? con doble sentido de la motera que vendía afuera de SOLCA... un sonrisa me arranca esos recuerdo y me olvido que pedaleo cuesta arriba.
Guayaquil es una ciudad cosmopolita, pero estas reflexiones y otras más ya son parte de nuestro imaginario colectivo y hasta parte de nuestro folclor, me atrevería a decir...
Ya cuesta abajo, dejando el esfuerzo del pedaleo, me llegaban imágenes de las tertulias entre panas en BARRICAÑA, junto al fallecido Enrique Ponce y al "gajo" de pintores, poetas, escritores, cuenteros y demás fauna bohemia porteña, para comentar el último Salón de Julio o los "golazos" de Barcelona/Emelec, la portada del libro sin terminar de alguno o la nueva propuestas artística del que se atreve a pesar del "estas loco" que algún pana le decía, quizás por no atreverse él mismo, y casi siempre con la música del Trio la Rosa como fondo.
Estoy por llegar a casa y las piernas me piden descanso, sigo en mis pensamientos...
Las fiestas julianas cada vez son más espectaculares, como que hay competencia por ser el que mejor propuesta tiene, eso en el fondo beneficia a todos.
Guayaquil tiene muchas razones para festejar, muchas razones para estar contenta por ese camino de progreso que lleva.
He llegado a casa, feliz día GUAYAQUIL.

1 comentario:

Fernando Quiroga Ibarra dijo...

Esto solo le puede pasar a alguien a quien la distancia no le ha hecho olvidar la ciudad donde pasó experiencias que marcaron su vida . Saludos Victor Valencia .