domingo, 21 de enero de 2007

El Rastro de Madrid


LOS CACHINEROS DE MADRID

Los ecuatorianos que los domingos o festivos salimos a pasear por Madrid, nos encontramos que al que al pasar por “La Puerta de Toledo”, en la calle embajadores, hay una gran concentración humana que llama nuestra atención.
Al acercarnos nos encontramos con un sinnúmero de tendidos y carpas que ocupan una zona de muchas cuadras, hemos llegado al Rastro de Madrid.
En seguida se nos vienen a la memoria los “Cachineros” de Guayaquil, que después llamamos la “PPG” y hoy con la regeneración urbana se ubican en el Mercado de artículos varios, nos viene una sensación de estar en casa.
Es una extensión muy grande que abarca algunas cuadras y para recorrerlo todo hay que ir temprano pues a las tres ya todos están cerrando.

Cuando le preguntamos a Juan José, propietario de un puesto, sobre el lugar nos contó: “Le llaman el rastro porque hace muchísimos años cerca de aquí quedaba el matadero y las reses muertas dejaban un rastro de sangre cuando las llevaban a faenarlas, alrededor de esto se agrupaba la gente que comenzó a comerciar con varios artículos y ahora mira en lo que se ha convertido”.“Yo aquí vendo toda clase de adornos antiguos de bronce y alguna que otra lámpara antigua”. “Los que mas compran son los “guiris” (extranjeros del norte) y alguno que otro “pijo” (aniñado) que se las da de coleccionista”. Unos negros de Senegal salen a la carrera recogiendo rápidamente los CDs y DVDs piratas que tenían en un tendido, los han visto dos policías y si los atrapan seguro que le hacen un expediente de expulsión, pues la piratería es penada fuertemente por la justicia española. Un gitano intenta venderme una cámara fotográfica y me dice “llévatela por 100 euros, Payo, (así llaman a los que no son gitanos) te la dejo barata para ti, anda cómpramela que teva a gustá..” Aunque la policía está siempre presente hay que tener cuidado pues siempre hay algún amigo de lo ajeno atento a cualquier despistado para echarle mano. Me pareció raro no ver ningún puesto de otavaleños, ya que estos siempre están presentes en todas las ferias de pueblo a las que he ido. En el rastro de Madrid se puede encontrar de todo, (como el los cachineros) pero hay zonas en las que se venden exclusivamente lo relacionado al arte, otra para las antigüedades, ropa nueva y de segunda mano (pulgueros), ropa militar de la segunda guerra, videojuegos y películas X.

Lo que también llama la atención es la presencia de tribus urbanas cerca de la Plaza de Cascorro, pude ver unos “punkys” que se calentaban al sol “hasta que algo pase”, según me comentó “Javi”, el que parecía el líder. Ya son casi las dos de la tarde, algunos ya comienzan a recoger sus tendidos, es hora de meterse en algún bar para probar la variedad de “tapas” que ofrecen, que son una hogaza de pan con todo tipo de marisco, cerdo o res sobre ella, esto acompañado de una “caña” (cerveza), toda una delicia.Por la cantidad de gente que hay toca hacer cola para ser atendido. Mientras comía mi tapa de pulpo en escabeche, me acordaba de la señora que vendía hornado con papas y cuero en la esquina de la Av. Quito y Pedro Pablo Gómez, los domingos donde los cachineros, era caída y limpia.

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